Mis Expectativas Superaban el Alto de la Torre Eiffel

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Mujer y hombre caminando en el parque frente a la Torre Eiffel

Publicado por Estarlincito

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Caí al dejarme llevar por mis expectativas en cuanto al amor de mi vida.

Un día, sentado en el comedor de un lugar donde trabajaba, mis ojos se posaron en una joven con un hermoso estilo, un bonito cuerpo, una cara hermosa y una vestimenta un poco sencilla. La verdad es que mis ojos no podían dejar de mirar. Pasaron días y mis ojos continuaron mirando, hasta el punto en que me delataron ante esa joven. Pienso que mis ojos la seducían, ya que a medida que pasaban los días, siempre me cruzaba con ella. Bueno, al menos eso era lo que percibía.

No sé cómo sucedió, pero fui imaginando cómo sería mi vida si esa joven decidiera ser mi amada. Me imaginaba una relación perfecta en la que la pareja buscaría la forma de superar juntos los momentos buenos y malos. Me la imaginaba como una princesa al despertar por la mañana, dándome un beso y dándome la bienvenida a un nuevo día. La imaginaba limpiando la casa conmigo, fregando los platos conmigo, viendo series juntos, jugando a pelear en el sofá y bañándose conmigo. En resumen, comencé a imaginar a esa joven como la persona que deseo tener a mi lado el resto de mi vida y verla como la madre de mis hijos. Deseaba tener a alguien con quien compartir mi vida y, sobre todo, a alguien con quien criar a nuestros hijos. No me gustaría que mis hijos crecieran sin su madre o su padre, ya que eso suele tener un impacto negativo en la vida de los niños, criándolos con inseguridades y problemas emocionales que arrastrarían a la adultez al crecer sin el cariño de ambos padres.

Hombre besando la cabeza de una mujer mientras está sentado en un banco frente al cuerpo de agua

Todas esas ilusiones me llevaron a actuar automáticamente y a acercarme más a esa joven. Me impulsaron a regalarle una cajita de chocolates, aunque por timidez, ella la rechazó y solo aceptó uno, ya que le sugerí que tomara solo uno. Durante nuestra breve conversación, me dio su Instagram, y de inmediato le di "like" a una foto de esa joven que me tenía un poco desconcertado. Cuando llegué a casa con las expectativas en esa dama, más altas que la Torre Eiffel, le envié un mensaje saludándola. Desafortunadamente, el mensaje se envió pero quedó en su bandeja de invitados, por lo que ella no vio mi mensaje.

Al día siguiente, la vi en el lugar de trabajo y me acerqué a saludarla. Sin embargo, su saludo me pareció frío, con un toque de indiferencia. La verdad, no sé si fue por miedo o simplemente porque deseaba mantenerme alejado de su vida, aunque creo que fue un poco de ambas cosas. A pesar de ese saludo frío, seguí aferrado a mi ilusión.

Al día siguiente, nos cruzamos de nuevo, caminando uno frente al otro. Ella no mostró signos de querer saludar, pero pronunció un tímido "hola" entre dientes. Yo también le respondí con un "hola" y seguimos nuestro camino. Todo esto me motivó a leer algunos artículos psicológicos que trataban sobre las relaciones de pareja, y poco a poco fui dejando de lado esa ilusión. Entonces, me pregunté por qué me sentía tan mal, y me di cuenta de que era debido a la indiferencia, pero sobre todo, porque yo mismo había creado esa situación al idealizar a esa joven y depositar en ella todas mis expectativas como la mujer que deseaba tener en mi vida.

Foto de silueta de pareja durante la hora dorada

Conclusión:

Aprendí que no debo idealizar a alguien ni colocar todas mis expectativas en una persona sin conocerla realmente. La realidad puede ser muy diferente a mis ilusiones, y es importante mantener los pies en la tierra en las relaciones personales.