¿Por qué me cerré al mundo?

Al parecer, me cerré emocionalmente porque, con el tiempo, me di cuenta de que muchas personas solo se acercaban a mí por lo que podía ofrecerles, no por un interés auténtico en quién soy o cómo me siento. Empecé a notar que las relaciones parecían superficiales, y eso me llevó a levantar barreras para protegerme de sentirme utilizado. Al evitar abrirme, me he aislado, creando una distancia que solo ha profundizado mi soledad y mi hambre de afecto.

Sin embargo, sé que la base de todo esto es el amor propio. Si no me valoro lo suficiente, terminaré buscando el reconocimiento y el cariño en personas que no me lo darán de manera genuina. Debo empezar por fortalecer mi autoestima, reconociendo mi propio valor, independientemente de lo que pueda ofrecer a los demás. Desde esa seguridad interna, podré rodearme de personas que realmente disfruten mi compañía por quien soy, no por lo que puedo hacer por ellos.

"Mereces rodearte de personas que disfruten de tu compañia por quien eres, no por lo que puedas ofrecer"
-Estarlincito-

El amor propio es el cimiento que me permitirá elegir mejor a las personas con quienes me relaciono, buscando aquellos que quieran compartir tiempo conmigo de manera sincera, sin expectativas ni intereses ocultos.

Al poner distancia de quienes solo me buscan cuando me necesitan, y acercarme a quienes valoran mi presencia por completo, podré construir relaciones más auténticas y satisfactorias.